Un argentino está bebiendo en un bar de Madrid, viendo por TV el partido del Barza contra el Manchester. - "Ninguno de estos le llega a los talones a River. Que mal juegan al fútbol. Puro pelotazo.
De pronto, recibe una llamada en su móvil. Descuelga, sonríe de oreja a oreja y ordena una ronda de champagne para todo el mundo en el bar porque, anuncia, su mujer ha tenido un bebé con un peso al nacer de 11 kilos.
Nadie puede creer que un recién nacido pueda pesar 11 kilos pero el tipo se encoge de hombros. -
'Es la media en Buenos Aires. Como he dicho, mi pibe es un típico bebé porteño'
Las felicitaciones le llueven de todos los que están cerca y se oyeron muchas exclamaciones de 'GUAU'. Una mujer incluso se desmaya debido a dolores empáticos.
Dos semanas más tarde el porteño vuelve al bar. El camarero dice:
- 'Usted es el padre del típico bebé porteño que pesó 11 kilos al nacer, ¿no? Todo el mundo ha estado haciendo apuestas sobre cuan grande sería en dos semanas. Le íbamos a llamar... así que, ¿cuanto pesa ahora?'
El orgulloso padre responde: - 'Ocho kilos'.
El camarero está confuso y preocupado.
- '¿Qué ha sucedido? El bebé ya pesaba 11 kilos el día que nació'.
El porteño se toma pausadamente un sorbo de su botella de vino mendocino, se seca los labios, se inclina hacia el camarero y orgullosamente le dice...:
- 'Lo hemos circuncidado'
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