martes, 12 de mayo de 2009

Chistes variados para reir


Llegan tres hombres al infierno: un americano, un hindú y un español.
El diablo les dice:
-Les daré una oportunidad de ir al cielo. Aquel que aguante tres latigazos míos se podrá ir. Antes de los latigazos podrán ponerse lo que quieran en la espalda.¡ A ver si los aguantan!
Los hombres aceptan.
Primero el americano: Coge una enorme piedra y el diablo, al primer latigazo, la rompe. El americano grita desesperado: -!Vale! !Vale! !Me quedo!
Después le toca al hindú, que se arrodilla sin ponerse nada.
Dice el diablo asombrado: -Éste sí que tiene dos cojones! ¿No te vas a poner nada en la espalda?
-¡Sólo necesito meditación!
- Bueno, como quieras.
Da el primer latigazo y el hindú sólo gime un poco, el segundo latigazo y el hindú tranquilo, luego el tercer latigazo y el hindú fresco como una lechuga
Entonces dice el diablo: -Bueno, lo prometido es deuda, te puedes ir al cielo.
-Sí... dice el hindú... pero antes quiero ver al español, que siempre termina ganando en los chistes. Quiero ver con que mariconada sale...
El español se arrodilla y tampoco se pone nada, a lo que dice el diablo:
-¿Tú tampoco te pones nada en la espalda?
-¿Puedo ponerme lo que yo quiera?
-!Lo que quieras!
-¡A ver, hindú cabrón, ven aquí!
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EL PAVO…
Un día, El marido llega a casa a las seis de la tarde y dice a su esposa:
- Cariño, tengo una reunión de trabajo a las diez de la noche, pero no voy a ir... ¡Me parece que están abusando de mí!
La mujer, preocupada por él, lo convence de que el trabajo es importante.
Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y piensa:
- Fue fácil engañarla.
Como toda mujer que se precie de serlo, cuando el hombre entra al baño, revisa todas sus cosas: billetera, maletín, bolsillos del traje, etc. y encuentra un papel con el siguiente texto:
Mi amor, te estoy esperando para comernos el pavo con salsa blanca del que hemos hablado.
La mujer coloca el papel donde estaba y, cuando el marido sale del baño, se la encuentra tumbada en la cama toda fogosa, semidesnuda, escasamente cubierta con una negligée transparente y en una postura muy sensual
El marido se pone como loco, no pierde tiempo y hacen el amor como en los viejos tiempos...
...Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido. Cuando va llegando la hora de la 'reunión', la mujer lo despierta, pero él no quiere saber nada de la reunión aunque, finalmente, ella lo convence.
Al llegar a casa de su amante, el marido, aún cansado, le dice:
- Cariño, he trabajado tanto hoy que sólo tomaré un baño y descansare un poco.
Al entrar al baño, la amante -como toda mujer- revisa los bolsillos de su pantalón y encuentra un papel que dice:
- Ahí te mando el pavo, zorra... La salsa blanca quedó en casa.
La Esposa .

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