Una pareja de esposos discutía, y el marido dice:
¡Es que tu mamá tiene la culpa de todo! La esposa responde:
Sí, ya sé que tu no quieres a mi mamá.
¿Quién dice que no quiero a tu madre, si yo la quiero igual que a la cerveza.
La esposa, conocedora de la pasión de su cónyuge por la cerveza, le dice con tono de interrogación:
¿Tu quieres a mi mamá igual que a la cerveza?
Sí, quiero a tu madre como a la cerveza, porque la quiero fría, con la boca abierta y echando espuma.
El niño y el cura.
Cierto día un niño huérfano estaba llorando en la puerta de una parroquia, al rato sale el cura y le pregunta:
Hijo mío, ¿Por qué lloras?
El niño entre lagrimas le dice:Es que acabo de perder un dólar. Y sigue llorando...
Ya, ya no llores, le dice el cura, te voy a regalar un dólar.
El niño coge el dólar y lo mete a su bolsillo. El cura entra nuevamente a la parroquia para tener la misa de costumbre y escucha un llanto de niño, el cura sale enfurecido y encuentra al mismo niño llorando y le dice:
¿Y ahora por qué lloras?
Y el niño le responde:Padrecito, si no hubiera perdido mi dólar ahora tendría dos dolares.
En un examen de necropsia, el profesor le pregunta al alumno:
¿Cuál ha sido la causa de la muerte de ese individuo?
El alumno se pone a examinar el cuerpo y ve un cadáver con numerosas puñaladas en el tórax.
El alumno responde:Ha muerto de muerte natural.
El profesor le dice:¡Como que de muerte natural! ¿Usted no ha visto las puñaladas?
El alumno le responde:Hombre, es que con esas puñaladas lo natural, es que se muera.
Estaba en un restaurante y mientras iba al baño, vi como otra persona tomaba el mismo camino que yo
Estaba en un restaurante y mientras iba al baño, vi como otra persona tomaba el mismo camino que yo
Al entrar al baño, observé cómo ocupaba uno de los dos cubículos, que eran de esos que no llegan hasta el techo. Yo, lógicamente, entré en el otro.
De repente, oigo que me dicen:¡Hola!
Yo seguí callado, pero el tipo vuelve a decir:¡Hola! ¿Me escuchas?
Yo, para no parecer mal educado, contesté:¡Hola! Y el tipo pregunta:¿Cómo estás?
A lo que contesté:Bien, gracias, un poco cansado.
Y el tipo dice:¿Qué haces? Yo ya estaba intrigado, pensé, siempre hay gente muy rara en este mundo, y contesté:
¿Y qué voy a estar haciendo? Lo mismo que tú, ¡Cagando!
De inmediato oigo: ¡Mi vida, te llamo después porque tengo a un imbécil al lado, que está contestando a todas mis preguntas!
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